Si te han diagnosticado una hernia pero aún no puedes operarte —ya sea por motivos médicos, económicos o personales— es fundamental tomar medidas para evitar que la hernia crezca o se complique mientras llega el momento de tu cirugía. Aquí te compartimos consejos prácticos y respaldados por especialistas:
1. Evita levantar objetos pesados
El esfuerzo al cargar peso aumenta la presión dentro del abdomen y puede hacer que la hernia se agrande o se vuelva dolorosa. Si necesitas levantar algo, hazlo doblando las rodillas y manteniendo la espalda recta, pero lo mejor es pedir ayuda.
2. Controla el estreñimiento
Hacer fuerza al ir al baño ejerce presión sobre la zona de la hernia. Para evitarlo:
✅ Consume alimentos ricos en fibra (frutas, verduras, granos integrales).
✅ Bebe suficiente agua (1.5 a 2 litros al día).
✅ Consulta con tu médico si necesitas un laxante suave.
3. Mantén un peso saludable
El sobrepeso ejerce presión adicional sobre la pared abdominal. Si puedes, busca un plan para reducir gradualmente tu peso con dieta balanceada y actividad física de bajo impacto (previa autorización médica).
4. Usa un soporte o faja solo si tu médico lo indica
Algunas personas se benefician de un braguero o faja para hernia, que ayuda a mantener la protuberancia en su sitio y aliviar molestias. Pero no todos los casos lo requieren, y su uso prolongado sin supervisión puede debilitar más la zona.
5. Evita toser o estornudar sin sostener tu abdomen
Si sufres de tos crónica o alergias, trata la causa de fondo para evitar episodios repetitivos. Cuando debas toser, sujeta suavemente la zona de la hernia con tu mano para reducir la presión.
6. Limita ejercicios de alto impacto
Suspende temporalmente deportes como correr, saltar, levantar pesas o cualquier actividad que implique presión abdominal intensa. Prefiere caminar suavemente si tu médico lo aprueba.
7. Vigila signos de alarma
Acude a urgencias si la hernia:
❗ Se vuelve muy dolorosa de repente.
❗ No se puede reintroducir (reducir) al abdomen.
❗ Se enrojece o cambia de color.
❗ Se acompaña de náuseas, vómitos o fiebre.
Estos signos pueden indicar una incarceración o estrangulación, situaciones graves que requieren cirugía urgente.
Conclusión
Aunque estas medidas pueden ayudarte a evitar complicaciones mientras esperas la cirugía, no reemplazan la operación, que es el tratamiento definitivo para la hernia. Mantén un seguimiento regular con tu médico para planificar el mejor momento para tu intervención.