La cirugía de reparación de hernia, conocida como herniorrafia, es el procedimiento quirúrgico que permite corregir la salida de un órgano o tejido a través de un punto débil en la pared abdominal. Durante la intervención, el cirujano devuelve el contenido herniado a su lugar, refuerza la zona afectada con suturas y, en la mayoría de los casos, coloca una malla para fortalecer la pared abdominal y reducir el riesgo de recurrencia.
Cirugía de Reparación de Hernias
La reparación puede realizarse mediante técnica abierta tradicional o cirugía laparoscópica, esta última ofrece menor dolor postoperatorio, cicatrices más pequeñas y una recuperación más rápida. La elección del método depende del tipo de hernia, sus características y el estado general del paciente.
Cirugía de reparación de hernia (herniorrafia)
La reparación puede realizarse mediante técnica abierta tradicional o cirugía laparoscópica, esta última ofrece menor dolor postoperatorio, cicatrices más pequeñas y una recuperación más rápida. La elección del método depende del tipo de hernia, sus características y el estado general del paciente.


Síntomas que indican complicaciones en una hernia
Es fundamental reconocer los síntomas que podrían señalar que una hernia está complicándose y requiere atención médica urgente. Estos incluyen:
- Dolor intenso y persistente en la zona de la hernia.
- Hinchazón o aumento repentino del tamaño del bulto.
- Cambios en el color de la piel sobre la hernia (enrojecimiento, oscurecimiento o moretón).
- Dificultad para empujar el bulto hacia adentro.
- Náuseas, vómitos o fiebre.
- Sensación de dureza o firmeza inusual en el área.
Estos signos pueden ser indicativos de estrangulación herniaria, una emergencia médica que requiere cirugía inmediata para evitar complicaciones graves. Si presentas alguno de estos síntomas, acude de inmediato a un especialista.
¿Cuándo es necesaria la cirugía de reparación de hernia?
La cirugía de reparación de hernia es necesaria cuando el bulto crece progresivamente, causa dolor constante o limita las actividades diarias. También se recomienda si hay signos de complicación, como enrojecimiento, endurecimiento, náuseas, vómitos o fiebre, que pueden indicar estrangulación herniaria, una emergencia médica que requiere intervención inmediata. Además, si la hernia interfiere con tu calidad de vida, provoca incomodidad estética o existe riesgo de incarceración (cuando el contenido queda atrapado), la cirugía es la única forma de corregirla de manera definitiva y evitar complicaciones graves.
¿Qué tan grave puede ser una hernia?
Aunque muchas hernias comienzan como una molestia leve, pueden volverse graves y peligrosas si no se tratan a tiempo. Con el crecimiento, aumenta el riesgo de que el órgano o tejido atrapado en la hernia quede estrangulado, interrumpiendo el flujo sanguíneo y causando un cuadro de emergencia médica que requiere cirugía urgente. Esta complicación puede provocar dolor intenso, náuseas, vómitos y, si no se atiende, poner en riesgo la vida. Por eso, es importante consultar a un especialista si notas un bulto que aumenta de tamaño, causa dolor o cambia de color.
¿Cuánto dura una cirugía de reparación de hernia?
La cirugía de reparación de hernia suele durar entre 45 minutos y 2 horas, dependiendo del tipo de hernia, su tamaño, la técnica utilizada (abierta o laparoscópica) y las condiciones del paciente. En la mayoría de los casos, es un procedimiento ambulatorio o con corta estancia hospitalaria, permitiendo una recuperación más rápida y segura.
¿Cómo se realiza la cirugía de hernia?
La cirugía de hernia puede realizarse mediante dos técnicas principales: abierta o laparoscópica. En ambos casos, el objetivo es devolver el órgano o tejido desplazado a su posición correcta y reforzar la pared abdominal para evitar recurrencias.
- Técnica abierta: el cirujano hace una incisión directamente sobre la hernia, coloca el contenido en su lugar y refuerza la zona con suturas o una malla para prevenir que la hernia vuelva a aparecer.
- Técnica laparoscópica: se realizan pequeñas incisiones por donde se introduce una cámara y herramientas especiales; el cirujano repara la hernia con mínima invasión, menos dolor postoperatorio y recuperación más rápida.
Ambas opciones se realizan con anestesia general o regional, y la elección depende del tipo de hernia, el tamaño, la salud general del paciente y la recomendación del especialista.
Recuperación y cuidados postoperatorios
- Reposo relativo: evita esfuerzos físicos, levantar objetos pesados o ejercicios intensos durante las primeras semanas.
- Control del dolor: toma los analgésicos prescritos por tu médico para mantener el confort.
- Higiene de la herida: mantén la zona limpia y seca para prevenir infecciones, siguiendo las indicaciones del cirujano.
- Observa signos de alarma: busca atención médica si notas enrojecimiento, hinchazón excesiva, secreción con mal olor, fiebre o dolor que empeora.
- Movilización temprana: camina despacio desde el primer día para favorecer la circulación y prevenir complicaciones.
- Asiste a tus citas de control: sigue el cronograma de revisiones postoperatorias para asegurar una buena recuperación.
- Alimentación equilibrada: opta por una dieta rica en fibra para evitar el estreñimiento, que podría ejercer presión sobre la zona operada.
Con estos cuidados, la recuperación suele ser rápida y segura, permitiéndote retomar tus actividades normales según las indicaciones médicas.